Cómo elegir un asador de pollos industrial
Con alrededor de 13 kilos por persona y año, la carne de pollo es la que más consumimos los españoles, por delante del vacuno y el cerdo, suponiendo más de un tercio del total de la que se comercializa. Esto se debe a su sabor, a un precio asequible y a que se prepara con facilidad, lo que también supone que un equipo como un asador de pollos industrial pueda resultar una buena inversión para un negocio de restauración.
Estos datos no solo se recogen en las últimas estadísticas del INE, uno de los principales motivos para esta cifra es la venta de pollo asado: un plato ya tradicional y muy habitual en todas las zonas de nuestra geografía, dirigido tanto para el consumo interno como para el sector turístico. De ahí que su rentabilidad de montar un asador de pollos esté casi asegurada; tanto es así, que son cada vez más comunes los establecimientos ubicados en zonas costeras y dedicados a esta especialidad que únicamente abren sus puertas durante el verano.
De hecho, también es habitual encontrarse con un asador de pollos industrial en comercios que no son restaurantes o locales de take away como pueden ser las tiendas de alimentación o de productos de conveniencia; incluso una opción de negocio sería la de convertirse en proveedor para terceros. Y es que, hoy en día, podemos encontrar muchos equipos diferentes que se adapten a nuestras necesidades concretas.
En efecto, la flexibilidad de estos hornos especializados nos permite elegir entre aparatos que pueden cocinar media docena de pollos hasta aquellos con capacidad para casi un centenar de piezas al mismo tiempo. Los hay eléctricos, de gas, de leña y de carbón; algunos son apilables y otros se pueden transportar…
Pero antes de entrar en estos detalles, hagamos un repaso de las características básicas que cabe esperar de un asador de pollos industrial.
Cómo seleccionar un asador de pollos industrial
Funciones de un asador
En un horno comercial se cocinan las piezas de carne (que no se limita al pollo) insertadas en espetones o “espadas”, que giran dentro de su cabina. Este movimiento busca dos objetivos: en primer lugar, que el calor se distribuya uniformemente, permitiendo un flujo de aire homogéneo; y en segundo, que la pieza de carne se glasee con sus propios jugos. A su vez, esto es lo que asegura el tostado de la piel, dándole al pollo ese aspecto caramelizado que lo hace más atrayente.
Y es que, a diferencia del grill o la plancha, en un asador de pollos industrial el calor se transmite de forma indirecta por convección desde la fuente. Por esta razón es importante esa correcta distribución mediante el giro constante de los espetones, además de mantener aislado el interior con puertas de cierre.
Esto y el glaseado evitan que la carne se seque en exceso. No hay que olvidar que prácticamente el 70% de una pieza está formado por agua, y manteniendo la superficie húmeda se consigue que la carne quede jugosa. El tostado –técnicamente, la reacción de Maillard– se produce a una temperatura de unos 150 °C, cuando la superficie se deshidrata y las proteínas reaccionan con los azúcares presentes, pero el sabor y textura que consigue a cambio lo compensan.
Aspectos principales a la hora de elegir el asador de pollos
Fuente de calor de horno
Tradicionalmente, los hornos siempre se han alimentado con leña o carbón, pero el manejo de estos equipos es mucho más complicado y engorroso, especialmente a la hora de controlar la temperatura. Por suerte, podemos encontrar equipos que facilitan esta opción. Hoy en día podemos encontrar pequeños quemadores de leña que se pueden instalar en el interior de un asador de pollos industrial de gas o eléctrico, consiguiendo el mismo efecto del humo.
Así, para un equipo moderno la decisión casi se limita al gas o la electricidad, y dependerá de cada situación. Por ejemplo, en cuanto al consumo, los modelos de gas resultan más baratos.
De nuevo, como este tipo de hornos normalmente está funcionando durante bastante tiempo, el gas es, a la larga, una opción más atractiva económicamente. Su otra ventaja es que alcanza la temperatura adecuada más rápido.
Fuente de calor del horno
Tradicionalmente, los hornos siempre se han alimentado con leña o carbón, pero el manejo de estos equipos es mucho más complicado y engorroso, especialmente a la hora de controlar la temperatura. Por suerte, podemos encontrar equipos que facilitan esta opción. Hoy en día podemos encontrar pequeños quemadores de leña que se pueden instalar en el interior de un asador de pollos industrial de gas o eléctrico, consiguiendo el mismo efecto del humo.
Así, para un equipo moderno la decisión casi se limita al gas o la electricidad, y dependerá de cada situación. Por ejemplo, en cuanto al consumo, los modelos de gas resultan más baratos.
De nuevo, como este tipo de hornos normalmente está funcionando durante bastante tiempo, el gas es, a la larga, una opción más atractiva económicamente. Su otra ventaja es que alcanza la temperatura adecuada más rápido.
Dimensiones del asador de pollos
En este punto tenemos a nuestra disposición desde un asador de pollos industrial de una espada, con capacidad para 6 piezas; hasta los de 15, que cocinan a la vez nada menos que 90 unidades. Así que, ¿cuál elegir?
Para alcanzar una decisión adecuada deberemos tener en cuenta aspectos como la producción que buscamos alcanzar, el espacio disponible en el establecimiento y las variedades que queramos ofrecer. Por ejemplo, disponer de dos equipos de 4 espadas en lugar de uno de 8 nos ofrece la opción de cocinar dos preparaciones distintas –como un marinado– además de poder adaptarnos a diferentes niveles de demanda.
Una buena opción es –especialmente si estamos empezando– adquirir un equipo no demasiado grande, lo que nos permitirá adquirir otro más adelante una vez que hallamos comprobado su rentabilidad.
Portabilidad del horno
No hablamos de teléfonos, sino de desplazar nuestro asador de pollos industrial si así lo necesitamos. Y es que nada convence mejor a un cliente que ver el producto, por lo que tenerlo incluso en el exterior puede resultar más ventajoso. En este caso los hornos eléctricos serán la mejor opción, pero será necesario consultar de antemano las ordenanzas de la zona relativas a la instalación de estos equipos, no hay que olvidar que alcanzan temperaturas bastante elevadas, incluso con el aislamiento.
Mantenimiento y limpieza del asador de pollos
Aunque no se trate de aspectos que varíen demasiado entre un modelo y otro, también deben ser tenidos en cuenta. En general, estos hornos son fáciles de manejar y el personal a su cargo no requiere una formación específica; pero mantenerlos de la manera adecuada supondrá no tener que afrontar reparaciones innecesarias.
Los puntos clave a los que prestar atención son las puertas y los termostatos. Los sellos que aíslan las puertas pueden deformarse con el uso, dejando escapar el calor, lo que aumenta el consumo. Hay que inspeccionar periódicamente los cierres y evitar forzar las propias puertas al manejarlas.
Aunque el horneado en un asador de pollos industrial provoca buena cantidad de suciedad a lo largo del día –especialmente grasa–, su limpieza también resulta sencilla; de hecho, la mayoría de modelos permiten desmontar los espetones –que habrá que limpiar a diario– para acceder con facilidad a los rotores. Además, incluyen unos paneles que recogen los líquidos que desprenden la carne, para que no entren en contacto con los quemadores o las resistencias.
¡No dudes en consultar con nuestros expertos!
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