Guía para elegir el equipamiento para un bar

Montar un bar

Guía para elegir el equipamiento para un bar

Literalmente, existen cientos de cosas que hay que adquirir antes de poner en marcha un negocio de restauración. Entre el menaje requerido en función del diseño de la zona de consumición y del necesario para montar una cocina, el equipamiento para un bar puede llegar a suponer toda una fortuna. De hecho, si no preparamos de antemano una planificación sensata, podremos gastarnos más dinero del necesario si sólo nos fijamos en el aparato con más prestaciones o el mueble con mejor diseño.

Por eso, antes de lanzarse a comprar nada, sólo podremos tomar la mejor decisión respondiendo a estas cuestiones sobre cada pieza de equipo o artículo:

  • ¿Nos ayudará a ofrecer un mejor servicio?
  • ¿Cumple nuestros requisitos de capacidad, calidad, rapidez…?
  • ¿Hay espacio suficiente en el local para instalarlo?
  • ¿Hace juego con la decoración del negocio?
  • ¿Su manejo es seguro y/o sencillo?
  • ¿Resistirá el “trote” que se le va a dar (por parte del personal o de los clientes)?
  • ¿Acarrea gastos de mantenimiento o de instalación?
  • ¿Es fácil de limpiar?

Y es que, por poner un ejemplo, de nada nos sirve gastarnos miles de euros en unos sofás de diseño estupendos si luego no nos dejan espacio para que pasen los camareros o para añadir las suficientes mesas, o bien se manchan con mirarlos.

Tipos de bares

El tipo de establecimiento que queramos poner en marcha será fundamental en cuanto a las necesidades de elegir el equipamiento para un bar. Podemos pensar en negocios que se asemejen a un restaurante, en los que los clientes dispongan de un espacio para comer; o bien puede tratarse de un formato sin servicio de mesa. Y en cuanto a la oferta, tenemos desde las cervecerías hasta los bares de copas, pasando por los de tapas, gastro-bares, bodegas, disco-bares o por los típicos negocios donde bajar a ver el fútbol el fin de semana, eso sin hablar de las cafeterías.

Y si queremos ir aún más allá, pensemos en los bares temáticos, o en si nuestra carta se centrará en unas pocas opciones de aperitivos o incluirá varios platos calientes. Además, para todas las alternativas mencionadas –y para las que no–, el espacio disponible será siempre un factor limitante, siendo el otro la inversión disponible.

Mención aparte merece la legislación: las ordenanzas municipales que rigen en cada caso los requisitos que deben cumplir los distintos tipos de negocios. Estas normas afectan detalles como la distribución del espacio (los metros cuadrados destinados al público), los servicios ofertados, el horario o las instalaciones del local, como los aseos, salidas de emergencia o la salida de humos.

Estas obligaciones son diferentes dependiendo de la comunidad autónoma; por ejemplo, algunos textos recogen detalles como la clasificación energética requerida en los electrodomésticos, y otros, el número mínimo de tapas o raciones diferentes que se debe ofrecer.

Refrigeración y almacenamiento

Los aparatos más comunes en cuanto al equipamiento para un bar son los dedicados al almacenamiento de producto. Aunque también depende de la cantidad de alimentos frescos que pensemos utilizar. Lo más habitual es contar con una cámara frigorífica, congelador o armario de refrigeración modular dedicado a conservar la mayor parte de las existencias, y con una o más neveras bajo la barra para que el camarero tenga a mano los productos con más demanda; es decir, lo importante en este punto es evitar tener que ir constantemente a buscar algo al almacén.

En función de nuestras necesidades, existen algunos equipos especializados, como armarios botelleros para los vinos y enfriadores de botellas para refrescos y cervezas.

En este apartado también incluimos los fabricadores de hielo, un equipo imprescindible para cualquier bar, y de los que encontramos muchas alternativas: con y sin almacén, específicos para cubitos de tamaño cóctel… y con diferentes capacidades. Al igual que sucede con los congeladores y neveras, es importante que estos equipos cuenten con certificaciones energéticas (como Energy Star y ARHI) para garantizar su eficiencia y maximizar el ahorro.

Calor y cocina

El equipamiento para un bar dedicado a calentar y preparar alimentos abarca las cocinas y planchas, los hornos profesionales para hostelería y microondas, las freidoras y tostadoras o los asadores. Y es que para cualquier bar resulta imprescindible contar con, cuanto menos, una mínima selección de comidas.

Dada la gran oferta disponible de proveedores de platos de quinta gama, hoy en día es posible contar con un menú atrayente sin necesidad de dedicarle mucho tiempo y esfuerzo a la labor de cocina. Prácticamente, lo único necesario es una fuente de calor, ya sea de una placa, un horno, etcétera, para regenerar los ingredientes.

Y para las preparaciones más sencillas, como una tostada, un grill tipo salamandra será suficiente sin requerir mucho espacio. Por su parte, una freidora nos dará más opciones, ya sea para unas croquetas o unas patatas fritas con diferentes condimentos, que se pueden preparar al momento. En el caso de estos aparatos, encontramos máquinas eléctricas o a gas, y de diversa capacidad.

En función de la situación del establecimiento y del público que esperemos, incluso se puede contemplar montar un asador de pollos como una alternativa para aumentar las ventas en determinados periodos, como ya hablamos en otra entrada de nuestro blog.

Expositores

Este tipo de equipamiento para un bar tiene como objetivo poder contar con diferentes opciones de comida y bebida a la vista, y que estén dispuestas de una forma atractiva. En este sentido podemos distinguir las estanterías para productos envasados o licores y las vitrinas acondicionadas, ya sea para frío o calor.

Tenemos muchas opciones a nuestra disposición según nuestras necesidades, como expositores autoservicio, armarios botelleros, mostradores de barra con baño maría, congeladores para helados…

Limpieza

Otro aspecto que debemos cubrir mediante equipamiento para un bar es el de la limpieza. En la barra siempre debería de haber un fregadero para una limpieza ocasional, mientras que el lavavajillas o el lavavasos se emplearán cuando tengan la carga llena, para ahorrar agua y energía, y previendo siempre los picos de demanda, ya que los ciclos de lavado no duran menos de 90 minutos.

Accesorios

Aunque ya hemos repasado los tipos de equipamiento más comunes para un bar, existen muchos accesorios que pueden facilitarnos la labor en ciertos casos concretos, como cocteleras o mezcladores, batidoras para zumos, cortadores y peladores de patatas… Así como otros sistemas que no entran en esta lista, como los destinados a la seguridad, cajeros, música y entretenimiento…

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