Tipos de marmitas: la guía necesaria para elegir la tuya

Son la pieza central en la cocina de una colectividad. De hecho, sin ellas resultaría imposible preparar el menú diario para cientos de personas. Pero ¿cuál elegir al equipar la cocina de un hospital o una universidad? Descúbrelo en esta guía sobre tipos de marmitas.

Hay muchos factores para clasificar tipos de marmitas, pero el esencial de todos es el sistema de calentamiento. Antes siquiera de decidir la capacidad, la energía o las funcionalidades complementarias, el primer punto es escoger cómo trabaja el calor en tu marmita. Podrás elegir entre dos sistemas de calor.

Marmitas de calor directo

En estas marmitas el calor llega de forma directa al metal de la base, por lo que permite que la elaboración alcance temperaturas mucho más altas que con el sistema indirecto.
Este tipo de marmitas se recomiendan para elaboraciones que incluyan un gran porcentaje de base líquida. Su uso se desaconseja para cocinar alimentos que puedan pegarse fácilmente al fondo por su pesadez. Es una gran aliada para elaborar caldos, sopas, estofados, potajes…

Su principal inconveniente está en que dentro de la marmita la temperatura no es homogénea, por lo que debemos descartar su uso para elaboraciones que exijan una temperatura uniforme.

Marmitas de calor indirecto

Este tipo de marmitas tiene dos cubiertas (o camisas, como también las describen algunos fabricantes) y entre ellas hay una capa rellena de agua. Su sistema de calentamiento es prácticamente como si usáramos un baño maría, mucho más controlable a nivel de temperatura y homogéneo que el sistema anterior.

Entre las dos capas, la marmita tiene una válvula de presión como un manómetro para controlar la temperatura y las condiciones de cocción. A través de esta funcionalidad se puede reducir la intensidad del calor o la potencia de las resistencias. Es óptima para mantener la misma temperatura a la que hemos llegado un largo periodo de tiempo.

Presenta un sistema idóneo para elaborar recetas con cocciones más lentas y a menor temperatura. Gracias a su capa intermedia, en este tipo de marmita sí podemos trabajar con salsas o cremas sin temor a que se peguen.

Ambos tipos de marmitas los encontrarás a gas o eléctricas, con opciones añadidas (como la basculación) y con funcionalidad de olla exprés (autoclave), muy útil para optimizar tiempo y energía.

Tipo de marmita según la energía que utiliza

Dependiendo de la resistencia podemos distinguir entre marmitas eléctricas o a gas.

• Marmitas eléctricas. Se necesita un tiempo mayor para que alcance la temperatura de presión adecuada. Aunque tienen un coste de funcionamiento más alto, de forma general son más asequibles que las marmitas a gas y requieren de menos mantenimiento.

• Marmitas a gas. Se calientan de manera inmediata por lo que el consumo energético es inferior a las marmitas eléctricas. Por otra parte, a la hora de comprarlas, este tipo de marmitas tienen un coste más elevado que las eléctricas y requieren de instalación y mantenimiento.  

Debes prestar atención a las necesidades del negocio para determinar qué marmita es la ideal para optimizar la elaboración de los alimentos.

¿Qué hay que tener en cuenta si compras una marmita?

Aunque esta maquinaria de hostelería tiene una estructura muy sencilla y su uso es bastante fácil, debes conocer algunas recomendaciones:

• Cuando se termine de usar la marmita, déjala enfriar de forma paulatina para evitar que se genere presión en el interior por un enfriamiento brusco.
• Hay que revisar de manera periódica el cierre de la tapa para que no pierda presión y su funcionamiento sea eficiente.
• Del mismo modo, conviene verificar el estado de las válvulas y reguladores, para que el equipamiento funcione bien.
• Se debe manejar la marmita con cautela. Es más, si cuentas con asesoramiento sobre el funcionamiento del tipo de marmita que hayas adquirido, mucho mejor. En Coolvi, por supuesto, te ayudamos a elegir la que mejor se adapte a las necesidades de tu cocina.

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